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12 de febrero de 2024

Búscala

 

Te queda poco tiempo. Apareciste más lejos de lo que pensabas, alguien se lió con las coordenadas. Has tenido que caminar casi un kilómetro más de lo que habías pensado. Tus piernas, doloridas, veteranas de varias operaciones, no te han ayudado. Casi no puedes andar. El tiempo se agota. Apenas has podido comprar una hora, todos tus ahorros invertidos en esos sesenta minutos que corren enloquecidos, como si fueran segundos. Has apretado los dientes, forzando el paso. Tenías que llegar, tenías que dar el mensaje. Después, nada importaría. Por fin, sin apenas respiración, con trallazos de dolor surcando tus piernas, te encuentras frente al telefonillo. Dalia, 14. No hay tiempo para nostalgias. Pulsas el timbre del noveno B, rezando en silencio para que alguien conteste, para que estés leyendo, o escuchando a Elvis en tu habitación. Quedan apenas diez minutos. Por fin, contesta tu madre. Recuperando el resuello, imitas a Marce, tu amigo con la voz más peculiar. “¡Soy Marce! ¿Se baja Mario”. Escuchas a la mujer gritando, y luego un desganado “Ahora baja”. Quedan cinco minutos. Dos, para que baje el ascensor. Por fin, apareces. Te permites una sonrisa al ver el tupé, y te frotas la calva pensando en lo que te dijo aquel peluquero, “Chaval, qué melena. A ti no se te va a caer nunca el pelo”. Por fin, estáis los dos frente a frente. Te reconoces. A pesar de los años, a pesar de las arrugas, de la calva, te reconoces. Pero no hay tiempo. Se lo sueltas a borbotones, como un loco desquiciado, “Sí, sí, soy yo, no queda tiempo, luego piensas. Se llama Carmen. Búscala, vive lejos de aquí, es ella, siempre ha sido ella, no sé cómo va a salir, pero búscala, no tardes. Aquí te he apuntado, más o menos, por donde vive”. Te das la foto, los dos juntos, sonrientes, felices, pero demasiado tarde. Te quedan pocos segundos. “No lo has soñado, guarda la foto, búscala, por favor, es ella, siempre fue ella”. El crédito se acaba, te arrebatan, te empiezas a desvanecer mientras te miras, con la boca abierta y la foto en la mano. Sólo te da tiempo de decir una última vez, “Búscala”.

2 comentarios:

  1. Anónimo8:18 a. m.

    Ojalá esas interacciones. Muy chulo.Te capta, como todo lo que escribes👏🏽👏

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  2. Anónimo7:27 a. m.

    Dichosos los que recuerdan los sueños.

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