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8 de octubre de 2015
Frío.
Pasó el invierno, y hasta el último friolero se deshizo de su chaqueta para exponer su piel al sol. Pero ella seguía teniendo frío, el alma petrificada por cristales helados y la piel cubierta de cuchilladas del viento invernal. Paseó bajo el sol ardiente su cuerpo encallado en un 16 de Enero hecho del vacío congelado de una ausencia. Unos niños que jugaban entre las rocas la encontraron muerta, acurrucada en una oquedad. Tenía las manos amoratadas y una lágrima congelada en la mejilla.
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Podría ser yo perfectamente.
ResponderEliminarSalu2
Me alegro de que te haya gustado. Aunque no tanto que te identifiques con la protagonista...
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