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8 de octubre de 2015
Factura infernal.
Caronte, erguido en su barca, se encaró con el hombre mientras extendía una mano esquelética: -Son dos monedas. El otro, con aire de mundo y gesto cómplice, contestó: Toma tres y me haces una factura por cinco. Luego ya lo arreglaré con Hades. Caronte enarcó una ceja, sorprendido, y de repente estalló en carcajadas, presa de un ataque de risa que amenazaba con desestabilizar la barca y hundirla en el río Aqueronte: -Vaya, aquí tenemos a otro político...
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jajaja. Muy lúcido y jocoso ese narrar posible de un país de corruptela sin cuartel y hasta la muerte
ResponderEliminarUn beso