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16 de mayo de 2007

¡¡¡MORE MASTERS OF HORROR!!!




Sí, amiguitos, sigo dando el coñazo con mis intrascendentes opiniones sobre la serie "Masters of Horror". Cuatro nuevos capítulos visionados, y mi inicial entusiasmo por la serie decae bastante, acercándome peligrosamente hacia la nota global de aprobado "pelao". Nivel irregular, mucho topicazo y poco miedo, la verdad. Para no iniciados puede estar bien, pero para los que tienen (tenemos) los huevos pelaos de ver cine de terror, la cosa queda bastante cortita. En fin, os comento brevemente los capítulos de marras. Ahí voy:

  • El ejército de los muertos: Dirige la orquesta Joe Dante (Gremlims, Aullidos): Hombre, el planteamiento de la película no está mal. De hecho, sorprende y engaña en su comienzo. Cuando pensamos que nos encontramos ante un verdadero ejército de soldados muertos y resucitados dispuestos a una bonita sesión de carnicería, pues resulta que no, que solamente resucitan para chorrear a los políticos por sus continuos engaños al pueblo. Las referencias a la guerra de Irak y al insigne estadista George W. Bush Jr. están claras. El capítulo se mueve entre la denuncia, el humor y la ternura. Los zombis son buenos chicos que vuelven para exigir responsabilidades a los políticos que los mandaron a una guerra injusta. Ejercen su derecho al voto... y mueren. Dante se mueve peligrosamente por terrenos cercanos al ridículo, pero el tono de humor negro de la peli salva la situación. El amigo Joe homenajea a los maestros del subgénero zombi (esa escena en el cementerio, fuertemente inspirada en "La noche de los muertos vivientes", y las lápidas con los nombres de directores de cine "zombi") y pergeña un capítulo que se deja ver con curiosidad, pero que no sacia a los amantes de la casquería fina, las tripas y las merendolas zombis como Satán manda. De todas maneras, de lo mejor de la serie, terror poco, humor hiperbólico bastante, y esa denuncia clara y fehaciente que es la protagonista de la peli.

  • En el sótano: William Malone ("House on Haunted Hill", "Miedo Punto Com") es el que dirige el cotarro en esta tópica peli de "Ser-querido-muerto-y-resucitado-mediante-pacto-chungo-con-el-diablo". Destaco el mal rollo de la criatura, directamente inspirado en los espectros de las películas japonesas de terror de última hornada, jiñantes a más no poder. Por lo demás, discretita, final aburrido y previsible, vamos, nada del otro jueves.

  • Esculturas humanas: Don Coscarelli (Phantasma) es el artífice del programa piloto de la serie. Típica y tópica historia de "chica-tiene-accidente-con-el-coche-y-es-asediada-por-psicópata-coleccionista". Con su pelín de denuncia social (en esta ocasión, lo pirados que están algunos americanos con el tema de la supervivencia y el entrenamiento paramilitar) la peli no deja de ser un confuso batiburrillo de "Las colinas tienen mil ojos", "La matanza de Texas" y tantas otras películas con psico-killer persiguiendo a la chica de turno, en esta ocasión una mezcla entre Rambo y McGyver (la comparación no es mía, pero es cierta, jejeje). El malo maloso es que que interpretara años ha al "hombre alto" en la sobrevalorada "Phantasma", y poca cosa más. Final hasta cierto punto sorprendente, pero tampoco nos vamos a cagar encima del miedo. Es tan tópica en su planteamiento, incluso en las pintas del malo (esa boca que recuerda la del "Tiburón" de "Moonraker"), que uno tiene siempre la sensación de que ya la ha visto. Recomendable para quien no haya visto las películas anteriormente citadas.

  • Salvaje instinto animal: Aquí tenemos al amigo John Landis ("Un hombre lobo americano en Londres) dirigiendo con desgana y, la verdad, pobres resultados, esta inconclusa historia sobre una criatura mitad mujer, mitad ciervo, que aparece sin comerlo ni beberlo para patear a sus desafortunados ligues y convertirlos en papilla humana. Tontorrona a más no poder, lastrada por un guión chunguei y unas interpretaciones de juzgado de guardia, solamente consigue que esbocemos unas sonrisas en la escena del sueño del protagonista (que tiene cojones que una serie que pretende dar miedo y mal rollo nos acabe haciendo reír). Pues eso, que de lo más flojito.

En fin, para qué nos vamos a engañar, nivel justito el de estos partos de los presuntos Masters of Horror (y digo presuntos porque la filmografía de alguno de ellos da menos miedo que un pato de goma). Seguiremos informando. Mientras tanto, si queréis miedo de verdad, pues nada, ya tenéis el plazo para hacer la Declaración de la Renta abierto. Eso sí que da sudores fríos, cagarrinas y jiñe del bueno.

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